Pero mientras el País Vasco de la mano con Navarra, y Cataluña de la mano de sí misma, tienen muy claro a donde mirar de cara al futuro, nosotros no pasamos de las conversaciones de mesa camilla y el único partido que habla de esas realidades de futuro económico, cultural y social es CHA, que curiosamente es la que menos poder tiene de todos los partidos en Aragón.
La Travesía Central debería ser mental, ya de entrada, de decisiones políticas serias, de traspasar los Pirineos con la ideas y los trabajos más en conjunto. Si no tenemos tren, tenemos autobús, avión, coches o andando. Las ideas no necesitan trenes para transmitir, las economías sí. Pero no hay economías si antes no hay conocimientos y sinergias, ganas de trabajar y de aprender de los vecinos y amigos.
Aragón es vecina de Francia y este activo no sabemos reconocerlo. El País Vasco quiere y mucho y por diversos motivos a Navarra. Nosotros tenemos a las Castillas o La Rioja pegadas a nosotros, pero nos miramos el ombligo, que bastante tenemos con eso. En realidad en Aragón soñamos con Madrid. No queremos ni mirar a Navarra a la que ya damos como vecino perdido. Ni a Tarragona o Castellón, que nos parecen una frontera.
Aragón debe conquistar el Sur de Francia como amiga y vecina. Pero no de forma testimonial, sino de forma real y social. Mientras tengamos que pedir permiso a Madrid para ir de visita al futuro, no seremos capaces de nada. Pero el País Vasco, Navarra y Cataluña, sí lo son. Con vecinos más potentes y listos, y que no quieren mirar a Madrid para verlas las caras de envidia, estamos condenados a la nada.
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